Transcripción – La Serpiente y el Loto

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Parte 3, La Serpiente y el Loto

Antes de los albores de la civilización occidental y del lenguaje escrito, la ciencia y la espiritualidad no eran dos cosas separadas. En las enseñanzas de las grandes tradiciones antiguas, la búsqueda externa de conocimiento y certeza era compensada por un sentimiento interior de impermanencia y comprensión intuitiva de la espiral del cambio. A medida que el pensamiento científico se hizo más predominante y la información se fue multiplicando, comenzó la fragmentación en nuestros sistemas de conocimiento. El incremento de la especialización significaba que menos personas eran capaces de ver el panorama general, de sentir e intuir la estética del sistema en su conjunto.

Nadie se preguntaba: “¿Será que todo este razonamiento es bueno para nosotros?” La sabiduría antigua está aquí entre nosotros. Oculta a plena vista. Pero estamos demasiado preocupados con nuestros pensamientos como para reconocerla. Esta sabiduría olvidada es la manera de restablecer el equilibrio entre lo interno y lo externo. El yin y yang. Entre la espiral del cambio y la quietud de nuestro centro. En la leyenda griega, Asclepio era hijo de Apolo y dios de la medicina. Su sabiduría y habilidades para la curación eran insuperables y se decía que había descubierto el secreto mismo de la vida y la muerte. En la antigua Grecia, los templos de curación asclepianos reconocían el poder de la Espiral Primordial. Lo cual está simbolizado por la vara de Asclepios. Se dice que Hipócrates, el padre de la medicina, cuyo juramento todavía constituye el código moral de la profesión médica, se entrenó en un templo asclepiano. Hasta el día de hoy, este símbolo de nuestra energía evolutiva se mantiene como el logotipo de la Asociación Médica Americana y otras organizaciones médicas en todo el mundo. En la iconografía egipcia, la serpiente y el pájaro representan la dualidad o polaridad de la naturaleza humana. La serpiente en dirección descendiente es la espiral manifestada, la energía evolutiva del mundo. El pájaro es la dirección ascendiente: la corriente dirigida hacia el sol o la concientización unívoca del despertar; el vacío de Akasha.

Faraones y dioses son representados con su energía despierta en donde la serpiente kundalini asciende por la columna vertebral y traspasa el “chacra ajna” entre los ojos. Esto se denomina el ojo de Horus. En la tradición hindú, el bindi también representa el tercer ojo, la conexión divina con el espíritu La máscara de Tutankamón es un ejemplo clásico que muestra temas de serpientes y aves. Las tradiciones mayas y aztecas combinan a la serpiente y al pájaro en un solo dios. Quetzalcóatl o Kukulcán. El dios de la serpiente alada representa la conciencia evolutiva despierta o el kundalini despierto. La persona que despierta a Quetzalcóatl en su interior, es una manifestación viviente de lo divino. Se dice que Quetzalcóatl o la energía de la serpiente, regresará al final de los tiempos. Los símbolos de la serpiente y las aves se pueden también encontrar en el cristianismo. Su significado real podría estar codificado de una manera más profunda, pero el significado es el mismo que en otras tradiciones antiguas. En el cristianismo, el pájaro o paloma que se ve a menudo sobre la cabeza de Cristo, representa al Espíritu Santo o Kundalini Shakti a medida que asciende al sexto chacra y más allá.

Los místicos cristianos llaman al kundalini por otro nombre: Espíritu Santo. En Juan 3:14 dice: “Así como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así también es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado.” Jesús y Moisés despertaron su energía kundalini trayendo el despertar de la conciencia a las fuerzas inconscientes reptilianas que rigen los deseos del ser humano. Se dice que Jesús pasó cuarenta días y cuarenta noches en el desierto durante los cuales fue tentado por Satanás. De igual forma, Buda fue tentado por “Mara” cuando estaba sentado en busca de la iluminación bajo el árbol Bodhi o árbol de la sabiduría. Tanto Cristo como Buda tuvieron que alejarse de la tentación de los placeres sensoriales y mundanos. En ambas historias el demonio es la personificación de los propios apegos. Si leemos la historia de Adán y Eva a través de la luz de las tradiciones védicas y egipcias, descubrimos que la serpiente que vigila el árbol de la vida es el kundalini. La manzana representa el encanto y la tentación del mundo sensorial externo. Distrayéndonos del conocimiento del mundo interior, del árbol del conocimiento interior. El árbol es simplemente la red de nadis o meridianos de energía dentro de nosotros mismos que forma, literalmente, estructuras ramificadas por todo el cuerpo.

En nuestra búsqueda egóica de gratificación externa, nos hemos separado del conocimiento del mundo interior, de nuestra conexión a Akasha y a la fuente de la sabiduría. Muchos de los mitos históricos del mundo sobre dragones pueden interpretarse como metáforas de las energías internas de las culturas de las cuales forman parte. En China, el dragón sigue siendo un símbolo sagrado que representa la felicidad. Al igual que los faraones egipcios, los antiguos emperadores chinos que habían despertado sus energías evolutivas fueron representados por la serpiente alada o dragón. El tótem real del Emperador de Jade o el Emperador Celestial muestra un balance similar a los canales de Ida y Pingala. El Yin y el Yang del taoísmo es el despertar del centro pineal, o como lo denomina el taoismo, el dantien superior.

La naturaleza está llena de distintas formas de detectar y asimilar la luz. Por ejemplo, un erizo de mar puede en verdad ver con su cuerpo espinado que actúa como un gran ojo. Los erizos detectan la luz que ilumina sus espinas y comparan la intensidad de los rayos para tener una idea de lo que está en su entorno. Las iguanas verdes y otros reptiles tienen un ojo parietal o glándula pineal en la parte superior de la cabeza que utilizan para detectar depredadores desde arriba. La glándula pineal humana es una pequeña glándula endocrina que ayuda a regular los patrones de sueño y vigilia A pesar de que está oculta profundamente en la cabeza, la glándula pineal es sensible a la luz. El filósofo Descartes reconoció que el área de la glándula pineal o tercer ojo era la interfase entre la conciencia y la materia. Casi todo es simétrico en el cuerpo humano. Dos ojos, dos oídos, dos fosas nasales. Incluso el cerebro tiene dos hemisferios. Pero hay un área en el cerebro que no se duplica. Es el área de la glándula pineal y el centro energético que lo rodea.

En un nivel físico, ahí se forman naturalmente moléculas únicas como el DMT. El DMT también se forma naturalmente en el momento del nacimiento y en el momento de la muerte. Actuando literalmente como un puente único entre el mundo de los vivos y los muertos. El DMT se produce de forma natural en los estados de meditación profunda y samhadi o a través de “medios entéogenos.” Por ejemplo, la ayahuasca es usada en tradiciones chamánicas de América del Sur para eliminar el velo entre los mundos internos y externos. La palabra pineal en sí tiene la misma raíz que la piña del pino pues la glándula pineal presenta un patrón espiral de filotaxis similar. Este modelo, también conocido como flor del patrón de vida, es común en obras de arte antiguas que representan seres iluminados o despiertos.

Cuando la imagen de la piña del pino se observa en obras de arte sacras, representa el despertar del tercer ojo; la conciencia unívoca que dirige el flujo de energía evolutiva. La piña del pino representa el florecimiento de los chacras superiores que se activan mientras sushuna se eleva hasta el chacra ajna y más allá. En la mitología griega, los seguidores de Dionisio llevaban una panícula o báculo gigante envuelto en hojas de enredadera en espiral y una piña de pino en el extremo superior. Una vez más, representa la energía de Dionisio o Kundalini Shakti mientras asciende por la columna vertebral al cuerpo pineal del sexto chacra. En el corazón del Vaticano tal vez esperarías ver una gigantesca escultura de Jesús o María, en su lugar hay una estatua de piña de pino gigante, lo que indica que en la historia cristiana pudo haber habido conocimiento de los chacras y el kundalini, pero por alguna razón, se mantuvo oculto de las masas. La explicación oficial de la iglesia es que la piña del pino es un símbolo de regeneración y representa la nueva vida en Cristo.

El filósofo y místico del siglo XIII, Meister Eckhart dijo: “El ojo con el que veo a Dios y el ojo con el que Dios me ve, es el mismo.” En la Biblia del rey Jacobo, Jesús dijo: “La luz del cuerpo es el ojo, y si por lo tanto, tienes un solo ojo, tu cuerpo entero se llenará de luz.” Buda dijo: “El cuerpo es el ojo.” En estado de Samadhi, uno es a la vez el observador y el observado. Somos el universo consciente de sí mismo. Cuando el kundalini se activa, estimula el sexto chakra y el centro pineal y esta zona empieza a recuperar algunas de sus funciones evolutivas.

La meditación en la oscuridad ha sido utilizada durante miles de años como una forma de activar el sexto chacra en el área de la glándula pineal. La activación de este centro nos permite ver la luz interior. Ya sea el yogui proverbial o el chamán en retiro profundo en una cueva, un taoísta, un iniciado maya, o un monje tibetano, todas las tradiciones incorporan un período de tiempo durante el cual uno entra en la oscuridad. La glándula pineal es la puerta a la experiencia directa de la propia energía sutil. El filósofo Nietzche dijo: “Si miras fijamente el abismo durante el tiempo suficiente, eventualmente descubrirás, que el abismo te mira fijamente de regreso.” Los dólmenes o las antiguas tumbas en forma de pórtico se encuentran entre las estructuras más antiguas que quedan en la Tierra. La mayoría datan del periodo Neolítico de 3000 a 4000 años antes de Cristo, y algunos en Europa occidental tienen siete mil años de antigüedad. El dolmen se utilizaba para entrar en meditación perpetua como una forma para los humanos de formar un puente entre el mundo exterior e interior.

A medida que uno continúa meditando en la oscuridad total, eventualmente empieza a observar la energía interna o luz al activarse el tercer ojo. Los ritmos circadianos que se rigen por el sol y los canales de la luna dejan de controlar las funciones del cuerpo y se establece un nuevo ritmo. El séptimo chacra ha sido representado por el símbolo “OM desde hace miles de años.” Un símbolo construido por signos sánscritos que representan los elementos. Cuando el kundalini se eleva más allá del sexto chacra, se empieza a crear un halo de energía. Los halos aparecen constantemente en las pinturas religiosas de diferentes tradiciones en todas partes del mundo. El halo, o la imagen de un distintivo energético alrededor de un ser despierto, es común en virtualmente todas las religiones en todas partes del mundo. El proceso evolutivo de despertar los chacras, no es propiedad de un grupo o de una religión, es el derecho inalienable de todo ser humano en el planeta. El chacra de la corona es la conexión con lo divino, aquello que está más allá de la dualidad. Más allá del nombre y la forma.

Akenatón fue un faraón cuya esposa era Nefertiti. Era llamado el hijo del sol. Él redescubrió “Aton” o la palabra de Dios en su interior, uniendo el kundalini y la conciencia. En la iconografía egipcia, una vez más la conciencia despierta está representada por el disco solar que vemos sobre las cabezas de dioses o seres despiertos. En las tradiciones hindú y yógica, se denomina “Sahasrara” a este halo, el loto de mil pétalos. El Buda está asociado con el símbolo de la flor de loto. El patrón de filotaxis es el mismo modelo que se puede encontrar en una flor de loto. ES la flor del patrón de la vida. La semilla de la vida. Es el patrón fundamental en el cual todas las formas encajan. Es la forma absoluta del espacio mismo o una cualidad inherente a Akasha.

En un momento de la historia, el símbolo de la flor de la vida predominaba por toda la tierra. La flor de la vida se encuentra custodiada por leones en los lugares más sagrados de China y otras partes de Asia. Los 64 hexagramas del I Ching, a menudo rodean el símbolo Ying Yang que es otra forma de representación de la flor de la vida. En el interior de la flor de la vida está la base geométrica de todos los sólidos platónicos; de esencialmente cualquier forma que pueda existir. La antigua flor de la vida empieza con la geometría de la estrella de David, o triángulos con sus caras hacia arriba y hacia abajo. En tridimensional, serían estructuras tetraédricas. Este símbolo es un yantra, una especie de programa que existe en el universo, la máquina que genera nuestro mundo fractal. Los yantras se han utilizado como herramientas para despertar la conciencia durante miles de años. La forma visual del yantra es una representación externa de un proceso interno de desarrollo espiritual. Es la música oculta del universo hecha visible, compuesto por la intersección de formas geométricas y patrones de interferencia.

Cada chacra es un loto, un yantra, un centro psicofisiológico a través del cual el mundo puede ser experimentado. Un yantra tradicional, tal como se puede encontrar en la tradición tibetana, posee valiosas capas de significado, a veces incorporando una cosmología y visión del mundo por completo. El yantra es un patrón en constante evolución que trabaja a través del poder de la repetición o iteración de un ciclo. El poder del yantra está casi perdido en el mundo de hoy, ya que buscamos significado solo en la forma externa y no lo conectamos a nuestras energías internas a través de la intención. Hay una buena razón por la cual sacerdotes, monjes y yoguis han sido tradicionalmente célibes. Hoy en día, apenas una fracción conoce la razón de su celibato, pues el verdadero propósito se ha perdido. En pocas palabras, si tu energía se va a consumir en producir más espermatozoides u óvulos, según sea el caso, no queda suficiente para impulsar la ascensión del kundalini que activa los chacras superiores. El kundalini es energía vital, la cual es también energía sexual. Cuando la conciencia se enfoca menos en deseos animales, y se coloca en los objetos que reflejan los chacras superiores, esa energía fluye de regreso a la médula espinal ascendiendo hacia esos charas. Muchas de las prácticas tántricas enseñan a dominar la energía sexual con el fin de poder utilizarla para una mayor evolución espiritual. Tu estado de conciencia crea las condiciones adecuadas para que tu energía pueda crecer. Entrar en un estado de conciencia no requiere de tiempo. Como dice Eckhart Tolle: “La conciencia y la presencia siempre suceden en el ahora.” Si estás tratando de hacer que algo suceda, entonces estás creando resistencia hacia lo que es. Es la eliminación de toda resistencia lo que permite que la energía evolutiva se desarrolle.

En la tradición yóguica antigua, las posturas de yoga se han utilizado para preparar el cuerpo para la meditación. El Hatha yoga nunca fue diseñado como un régimen de ejercicio, sino como una forma de conectar nuestro mundo interior y exterior. La palabra sánscrita “hatha” proviene de las raíces sol “ha” y luna “tha.” En el yoga sutra original de Patanjali, el propósito de las ocho ramas del yoga es igual al noble sendero de ocho facetas del Buda. Para la liberación del sufrimiento. Cuando las polaridades del mundo dual están en equilibro, surge un tercer elemento. Nos encontramos con la misteriosa llave dorada que abre las fuerzas evolutivas de la naturaleza. Esta síntesis de los canales del sol y la luna es nuestra energía evolutiva. Puesto que ahora los seres humanos se identifican casi exclusivamente con sus pensamientos y con el mundo exterior, es en raras ocasiones que un individuo logra el equilibrio entre las fuerzas internas y externas, lo que permite el despertar natural del kundalini. Para aquellos identificados solo con la ilusión, el kundalini siempre seguirá siendo una metáfora, una idea en vez de una experiencia directa de la energía y la conciencia propias.