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Parte 2, La Espiral

Equilibrar el poder de la espiral con la quietud propia de la observación de tu conciencia, es alinearte con tu pleno potencial evolutivo.

El filósofo Platón, partidario de Pitágoras, insinuaba enigmáticamente que había una llave de oro que unificaba todos los misterios del universo. Esta es la llave de oro a la que regresaremos una y otra vez a lo largo de nuestra exploración. La llave de oro es la inteligencia del logos, la fuente del OM primordial. Se podría decir que es la mente de Dios. Con nuestros limitados sentidos, estamos observando solo la manifestación externa de la mecánica oculta de la autosemejanza. La fuente de esta simetría divina es el misterio más grande de nuestra existencia. Muchos de los pensadores monumentales de la historia, como Pitágoras, Keppler, Leonardo Da Vinci, Einstein, y Tesla, han llegado al umbral del misterio. Einstein dijo: “Lo más bello que podemos experimentar es lo misterioso. Es la fuente de cualquier arte y ciencia verdadera. Aquel que no conoce esta emoción, que no hace una pausa para maravillarse y quedarse absorto en admiración, es como si estuviera muerto. Sus ojos están cerrados.”

Estamos en la posición de un niño pequeño entrando a una gran biblioteca llena de libros en muchos idiomas diferentes. El niño sabe que alguien debe haber escrito esos libros. No sabe cómo. No entiende los idiomas en que están escritos. El niño sospecha ligeramente que hay un orden misterioso en la disposición de los libros, pero no sabe cuál es. A mí me parece que esa es la actitud, inclusive del ser humano más inteligente, hacia Dios. Vemos un universo maravillosamente ordenado que obedece ciertas leyes. Nuestras mentes limitadas no pueden comprender la misteriosa fuerza que mueve las constelaciones. Todo científico que observa detenidamente el universo y todo místico que observa profundamente su interior, se encuentra tarde o temprano, cara a cara con la misma cosa: la Espiral Primordial.

Mil años antes de la creación del antiguo observatorio de Stonehedge, la espiral era un símbolo predominante en la Tierra. Las espirales antiguas se pueden encontrar por todas partes del mundo. Miles de espirales antiguas como estas se pueden encontrar en toda Europa, Nuevo México y Utah en Estados Unidos, Australia, China, Rusia. En virtualmente todas las culturas indígenas de la Tierra. Las espirales antiguas simbolizan el crecimiento, la expansión y la energía cósmica encarnada en el sol y en el cielo. La forma espiral refleja el macrocosmos del universo mismo revelándose. En las tradiciones indígenas, la espiral es la fuente energética, la Madre Primordial. Las espirales neolíticas de Newgrange, Irlanda se remontan a cinco mil años. Tienen quinientos años más que la Gran Pirámide de Giza y son igual de enigmáticas ante los observadores modernos.

Las espirales se remontan a una época en la historia en donde los humanos estaban más conectados con la Tierra; con los ciclos y las espirales de la naturaleza. Una época en que los seres humanos se identificaban menos con los pensamientos. La espiral es lo que percibimos como la fuerza de torsión del universo. El Prana o fuerza creativa hace girar Akasha en una secuencia de formas sólidas. Se encuentra en todos los niveles entre el macrocosmos y el microcosmos, desde las galaxias espirales hasta los sistemas meteorológicos, el agua en tu bañera y tu ADN. En la experiencia directa de tu propia energía. La Espiral Primordial no es una idea, sino más bien lo que hace posible toda condición e idea.

Varios tipos de espirales y hélices se encuentran en todo el mundo de la naturaleza: caracoles, corales marinos, telarañas, fósiles. En las colas de los caballitos de mar y en las conchas. Muchas espirales en la naturaleza se pueden observar como espirales logarítmicas o espirales en crecimiento. A medida que avanzas desde el centro de la espiral, las secciones son exponencialmente más grandes. Al igual que la red de Joyas de Indra, las espirales logarítmicas son autosemejantes u holográficas, de manera que las características de cada parte reflejan el conjunto.

Hace 2,400 años, en la antigua Grecia, Platón consideraba la proporción geométrica continua como el vínculo cósmico más profundo. La sección áurea (número áureo) o proporción divina era el secreto más grande de la naturaleza. La sección áurea puede expresarse como la relación de A + B a A es igual a la relación de A a B. Para Platón, el alma del mundo se vincula en una sola resonancia armónica. El mismo patrón pentagonal que existe en una estrella de mar, o en una rebanada de quimbombo, se puede observar en la trayectoria del planeta Venus trazada en el cielo nocturno durante un periodo de ocho años. Se observa en el mundo inteligible de las formas en el cielo y el mundo visible de los objetos materiales en la tierra, a través de este principio de la autosemejanza geométrica. Desde los patrones autosemejantes del brócoli romanesco hasta las ramas de las galaxias, las espirales logarítmicas son patrones omnipresentes y arquetípicos. Nuestra galaxia de la Vía Láctea tiene varias ramas espirales logarítmicas con una pendiente de unos doce grados.

Cuanto mayor la pendiente de la espiral, más compactos son los giros. Al observar una planta que crece a intervalos de tiempo en un video, uno es testigo de su danza con la espiral de la vida. Una espiral dorada es una espiral logarítmica que crece hacia fuera siguiendo el factor de la sección áurea. La sección áurea es una relación matemática especial que aparece una y otra vez en la naturaleza. El patrón que se observa a continuación se denomina la serie de Fibonacci o la secuencia de Fibonacci. La serie de Fibonacci se desarrolla de tal manera que cada número es la suma de los dos números anteriores.

El matemático y astrónomo alemán, Keppler, descubrió que patrones autosemejantes de espirales son observables de la manera en la cual las hojas están dispuestas en los tallos de las plantas. O en el orden de los pétalos y los capullos de las flores. Leonardo da Vinci observó que el espacio en las hojas tenía a menudo forma de patrones espirales. Estos patrones se llaman “filotaxis” o patrones de disposición de las hojas. La disposición filotaxis se puede observar en los nucleótidos independientes del ADN y en todo, desde los árboles genealógicos de conejos reproductores hasta en las piñas del pino, de los cactus a los copos de nieve y en organismos simples como las diatomeas. Las diatomeas son uno de los tipos más comunes de fitoplancton, organismos unicelulares que sirven de alimento a numerosas especies en la cadena alimenticia.

¿Cuánta matemática debes saber para ser un girasol o una abeja? La naturaleza no consulta al departamento de física para producir un brócoli. La estructura en la naturaleza ocurre automáticamente. os científicos en el campo de la nanotecnología utilizan el término autoensamblaje para describir la forma en la cual se forman los complejos como en la fase inicial de la formación hexagonal del ADN. En la ingeniería de la nanotecnología, los nanotubos de carbono se componen de una disposición similar de materiales. La naturaleza hace este tipo de geometría una y otra vez, sin esfuerzo. Automáticamente. Sin una calculadora. La naturaleza es precisa y extremadamente eficiente. Según el famoso arquitecto y autor Buckminster Fuller, estos patrones son una función del espacio-tiempo.

El ADN y el panal de abejas tienen esa forma por la misma azón que una burbuja es redonda. Es la forma más eficiente que requiere la menor cantidad de energía. El espacio en sí tiene una forma y permite solo ciertas configuraciones de la materia, siempre volviendo a lo más eficiente. Estos patrones son la forma más fuerte y eficiente de construir estructuras arquitectónicas como las cúpulas geodésicas. Los patrones de espirales logarítmicas permiten la exposición máxima de las plantas a los insectos para la polinización, la máxima exposición a la luz solar, y la lluvia que les permite llevar el agua de manera eficiente y en espiral, hacia sus raíces. Las aves rapaces utilizan el patrón de espiral logarítmica para acechar a su próxima presa. Volar en espiral es la forma más eficiente de cazar.

Nuestra capacidad de observar el Akasha danzando la espiral de la vida hacia una forma material, se relaciona con la habilidad de percibir la belleza y la simetría en la naturaleza. El poeta William Blake dijo: “El universo vegetativo se abre como una flor desde el centro de la tierra, en donde mora la eternidad. Se expande desde las estrellas hasta el caparazón mundano y ahí se encuentra con la eternidad de nuevo, tanto desde dentro como desde fuera.

El estudio de los patrones en la naturaleza no es algo familiar en el mundo occidental, pero en la antigua China, esta ciencia es conocida como “Li.” Li refleja el orden dinámico y el patrón en la naturaleza. Pero no es considerado algo estático, congelado o inmutable, como un mosaico. Es un patrón dinámico que se materializa en todos los seres vivos. Las arterias de las hojas, las marcas de las tortugas y los patrones de vetas en las rocas, son todas expresiones del lenguaje secreto de la naturaleza y del arte. El laberinto es uno de los muchos patrones de Li. Se encuentran en las estructuras de los corales, en hongos como el morel, en coles y en el cerebro humano. El patrón celular es otro patrón común en la naturaleza. Existe una gran variedad de diferentes estructuras celulares pero todas tienen un orden similar definido según su propósito y función. Es fácil quedarse fascinado ante el juego constante de formas, pero lo más interesante es que ciertas formas arquetípicas parecen estar entretejidas en la trama de la naturaleza.

El patrón de ramificación es otro patrón Li o modelo arquetípico observable en todos los niveles y en todas las escalas fractales. Tomemos, por ejemplo, esta imagen increíble de una simulación de computadora conocida como la “Simulación del Milenio” que muestra la distribución de la materia oscura en el universo local. Fue creada por la Max Planck Society en Alemania. La materia oscura es lo que antes considerábamos espacio vacío. Es como un sistema nervioso invisible que recorre todo el universo. El universo es literalmente como un cerebro gigante. Está constantemente utilizando un tipo de energía oscura u oculta que solo hasta ahora la ciencia empieza a entender. A través de esta red inmensa, la insondable energía se mueve proporcionando el impulso para la expansión y el crecimiento del universo. La naturaleza crea patrones de ramificación automáticamente cuando creamos las condiciones adecuadas. La naturaleza es una máquina generadora de arte o un motor creador de belleza. Aquí, la electricidad se utiliza para hacer crecer las ramas de cristal plata. El metraje es en intervalos de tiempo a medida que crecen durante varias horas. Los cristales se forman sobre el cátodo de aluminio cuando los iones se depositan por electrólisis a partir de una solución de nitrato de plata.

La formación es auto-organizadora. Estás viendo arte generado por la propia naturaleza. Johan Wolfgang Von Goethe dijo: “La belleza es una manifestación de las leyes secretas de la naturaleza, que de otra manera estarían ocultas para nosotros por siempre.” En este sentido, todo en la naturaleza está vivo, organizándose a sí mismo. Cuando se usa alto voltaje en la ramificación fractal, esto se vuelve todavía más obvio. Está sucediendo en tiempo real. En el cuerpo humano, se encuentran patrones y estructuras ramificadas por todas partes. Son por supuesto, el sistema nervioso de la medicina occidental. Pero en la medicina china, ayurvédica y tibetana, los meridianos de energía son un componente esencial para entender cómo funciona el cuerpo. Los “nadis” o meridianos de energía forman estructuras ramificadas. Una autopsia no revelará los chakras o nadis, pero eso no quiere decir que no existen. Es necesario refinar las herramientas que usamos para poder observar. En primer lugar debes aprender a acallar tu mente. Solo entonces podrás ver estas cosas primero en tu interior. En la teoría eléctrica, cuanta menos resistencia haya en un cable, más fácilmente puede transportar energía. Al cultivar la ecuanimidad a través de la meditación, se crea un estado de no resistencia en tu cuerpo.

Prana o Chi, o energía interna: es simplemente tu vitalidad interior. Lo que sientes cuando tomas conciencia desde el interior de cuerpo. Los hilos sutiles de tu cuerpo que transportan el prana, los nadis logran mover más y más energía pránica a través de los chacras. El cableado se hace más fuerte a medida que lo usas, pues permites que la energía fluya. Dondequiera que haya conciencia, el chi o energía comenzará a fluir y prosperarán las conexiones físicas. En el sistema nervioso y el cerebro, los patrones físicos de cableado se establecen por repetición. Si prestas atención continuamente a lo que está en tu interior y reduces la resistencia a las sensaciones que están experimentando, incrementas tu capacidad energética.

En el taoísmo, el símbolo del yin y el yang representa la interpenetración de las fuerzas en espiral de la naturaleza. El yin y el yang no son dos y no es uno. El antiguo concepto del “hara” está representado por un yin y yang o remolino en espiral. Es el centro de energía localizado en el abdomen debajo del ombligo. Hara significa literalmente mar u océano de energía. En China, el hara es llamado el dantien inferior. En muchas formas de artes marciales asiáticas, se dice que el guerrero con hara fuerte es imparable. En la tradición samurai una forma de suicidio ritual o sepukku era el hara kiri. Esto significa traspasar tu propio hara desconectando el chi o canal de energía. Moverse desde este centro crea el movimiento enraizado y lleno de gracia que se ve no solo en las artes marciales, sino en grandes golfistas, bailarinas de danza del vientre y derviches giradores sufíes. La esencia del hara es la cultura de la conciencia disciplinada, enfocada en un solo punto, la quietud del ojo del huracán. Es el instinto de nuestras entrañas con relación a nuestra propia fuente de energía. Una persona con buen hara, está conectada con la tierra y con la sabiduría intuitiva que conecta a todos los seres. Pensar con tu vientre, el “hara de kanganasaii” es conectarte con tu sabiduría interior.

Los antiguos aborígenes australianos se concentraban en la misma zona justo debajo del ombligo, donde el cordón de la gran serpiente arco iris yacía enroscada. Una vez más, una representación de la energía evolutiva en la humanidad. No es casualidad que es en el hara donde comienza la nueva vida. El sistema nervioso entérico, a veces llamado “cerebro intestinal,” es capaz de mantener una matriz compleja de conexiones similares a las del cerebro en la cabeza, con sus propias neuronas y neurotransmisores. Puede actuar de forma autónoma, es decir, con su propia inteligencia. Se podría decir que el cerebro intestinal es una versión fractal del cerebro de la cabeza, o tal vez el cerebro de la cabeza es una versión fractal del cerebro intestinal. Un oso sano tiene un hara fuerte. Cuando un oso sabe donde hurgar para encontrar hierbas, sigue el movimiento del chi a través de sus sentidos, centrado en el hara o vientre. Esta es la conexión del oso con la cabaña de los sueños: el lugar en las tradiciones indígenas de donde proviene todo el conocimiento y regresa hacia la espiral de la vida.

Pero ¿cómo conocían los antiguos pueblos la espiral si la ciencia moderna está apenas empezando ahora a reconocer su importancia? Pregúntale a las abejas, ellas no se han olvidado de amar. Las abejas tienen una conexión especial con la fuente como parte de un sistema simbiótico que ayuda a la belleza y a la diversidad a florecer. Son un puente entre el macrocosmos y el microcosmos. ay un corazón que nos conecta a todos, como una mente colectiva, por llamarla así. Al igual que un cerebro abierto, la colmena envía sus sueños al mundo para manifestarse. En la naturaleza, muchas criaturas saben cómo actuar en unísono para moverse con un solo espíritu, en una sola dirección. Pero no todos se benefician de las otras especies a su alrededor. Por ejemplo, la cigarra devora todo en su camino. Una cigarra no tiene ninguna otra opción que actuar como cigarra. Nunca va a producir miel ni a polinizar plantas como una abeja. El comportamiento de una cigarra es rígido, pero un ser humano es único en el sentido de que podemos actuar como una abeja o como una cigarra. Tenemos la libertad de cambiar y manipular los patrones de la forma en que interactuamos con el mundo. Podemos existir en simbiosis o como parásitos.

Hoy en día, los seres humanos tratan de entender la espiral con la mente racional, pero nunca ha sido el pensamiento el que nos conecta con la espiral de la vida. Siempre hemos estado conectados. El pensamiento ha sido lo que nos ha mantenido en la ilusión de la separación dentro de nuestras propias identidades. El pensamiento ES la creación de la separación. La experiencia de limitación. Cuanto más nos alineamos con el pensamiento, más nos alejamos de la fuente. Las culturas antiguas menos orientadas al pensamiento se alineaban con la espiral de una manera más directa y personal de lo que nosotros hacemos hoy en día. En la antigua India, el Kundalini es una representación de la propia energía interior que se mueve a lo largo de la columna vertebral en un patrón en forma de serpiente o hélice. En las antiguas tradiciones yoguis de la India, los mundos interiores de la personas de la época se comparaban con las culturas que se centraban en el hara. Equilibrar el poder de la espiral con la quietud propia de la observación de tu conciencia, es alinearte con tu pleno potencial evolutivo.

Para florecer como el ser original y multifacético que fuiste concebido. Ida: el femenino o canal lunar, está conectado al cerebro derecho y “pingala”, el canal masculino o solar, está conectado al cerebro izquierdo. Cuando estos dos canales están en equilibrio, la energía fluye hasta un tercer canal, Sushumna, en el centro de la columna vertebral, energizando los chacras y desbloqueando nuestro pleno potencial evolutivo. La palabra “chacra” es una antigua palabra sánscrita que significa rueda de energía. El kundalini es nada menos que la Espiral Primordial que, como en una danza, hace emerger tu vida humana a la existencia. Es un orden diferente de energía al que normalmente conocemos. Como un puente de “materia bruta” para las energías mas sutiles. Tú eres ese puente.

El kundalini no es una energía que pueda ser forzada a través de la voluntad, el esfuerzo ni la fricción. Es similar a cultivar una flor. Todo lo que podemos hacer como buenos jardineros, es preparar la tierra y las condiciones adecuadas y luego dejar que la naturaleza siga su curso. Si obligas a una flor a florecer prematuramente, la destruyes. La flor crece con su propia inteligencia, con su propia guía de organización. La mentalidad egóica que se obsesiona con el mundo exterior es lo que te impide experimentar tu verdadera naturaleza vibratoria. Cuando la conciencia se vuelca hacia el interior, se asemeja a los rayos del sol y comienza a florecer el loto interior. Conforme el kundalini despierta en nuestro interior, comenzamos a notar el distintivo de la espiral en todas las cosas. En todos los patrones internos y externos. Esta espiral es el vínculo entre nuestros mundos interiores y exteriores.