Meditaciones Guiadas – Introducción

Prácticas fundamentales de Samadhi

Introducción

Estas meditaciones guiadas fueron creadas para ser utilizadas libremente por todos. Reflejan algunas de las prácticas centrales en el Centro Samadhi y son solo algunas de las variadas técnicas que se pueden practicar para guiar a las personas en dirección a Samadhi.
Debo señalar que puede llevar muchos años desarrollar la concentración y la ecuanimidad necesarias para alcanzar aquello a lo que apuntan las meditaciones. Sé paciente, determinado y, sobre todo, ecuánime con el lugar en que te encuentras en tu viaje, porque en última instancia, el camino es el destino.

Hay dos aspectos o podrías decir dos dimensiones dentro de la meditación. La dimensión de fenómenos cambiantes, los cuales son generalmente pensamientos, sensaciones y sentimientos. Y la dimensión de la conciencia, que continuamente presencia los fenómenos. Se podría llamar a estos dos aspectos atención plena (mindfullness) y vacío mental (emptiness) o yin y yang.

Hay técnicas de meditación en las que estás haciendo algo, y otra parte de la meditación que está más allá de la técnica, más allá de todo lo que se hace. Juntas, estas dos partes, cuando están en equilibrio, son como las alas de un pájaro que te llevan hacia Samadhi. El yin y el yang, la atención plena y el vacío mental, deben estar en equilibrio de la misma manera que la espiral de un huracán está en equilibrio alrededor de la quietud del centro. La quietud dentro de la espiral o la Joya en el Loto es un símbolo perfecto para la meditación y el Samadhi.

La primera dimensión de la meditación que hablaremos es el aspecto yin. Es el aspecto femenino; apertura y rendición a los fenómenos cambiantes o energía de vida. Es permitir, ser ecuánime. Dejar ser lo que es sin esfuerzo. El aspecto yang de la meditación es concentrar la mente, enfocando un solo objetivo. El aspecto yang es la quietud observadora en el centro de la espiral, mientras que el aspecto yin es todo lo que cambia constantemente.
Ambas se practican simultáneamente. Hay un aspecto de la meditación sin esfuerzo, y un aspecto con esfuerzo. Ambos se practican a la vez, y aunque parezca contradictorio, no lo es. La atención plena y el vacío mental, el esfuerzo y el no esfuerzo se practican hasta que se convierten en uno. O más precisamente como dicen en Zen: ni uno ni dos.

Simultáneamente cultivas el poder del enfoque y concentración total, junto con una profunda rendición, relajándote en el momento. Tu esfuerzo por mantenerte presente se vuelve tan grande que es una completa entrega de tu ser, y tu entrega sin esfuerzo al momento es tan completa que se convierte en presencia continua.

Hay literalmente cientos de técnicas de meditación, pero todas ellas, independientemente de la tradición, sirven para cultivar dos cosas: tu capacidad para concentrarte o permanecer presente sin que la mente divague, y tu capacidad para desarrollar ecuanimidad o rendición interior. De esta manera purificamos los sentidos, nos purificamos de sankaras o patrones condicionados.

Comenzaremos con la técnica de observar la respiración, la técnica clásica enseñada por el Buda. Antes de comenzar la meditación, el alongamiento puede ser útil al preparar el cuerpo para largos períodos de estar sentado. Si tu mente está muy ocupada, cantar puede ser una excelente manera de enfocarte y orientar tu conciencia hacia adentro. Haz lo que sea necesario para entrar en un estado relajado, pacífico y concentrado.
Apaga el teléfono y cualquier cosa que pueda distraerte. Intenta meditar continuamente, ininterrumpidamente durante el tiempo que te sientas cómodo. Observar la respiración es extremadamente simple, lo más simple, pero sorprendentemente difícil de hacer.

Siéntate lo más cómodo posible en un cojín, banco de meditación o silla. La columna vertebral debe permanecer recta para que la energía fluya libremente por ella. Una columna vertical trae un estado de alerta en el cuerpo. Una vez que tu columna esté erguida, relaja el resto de su cuerpo. Elije una posición para tus manos, como colocarlas sobre tus rodillas.

Siempre comienza con la mente de un principiante, deja de lado todas las ideas sobre meditación y simplemente observa la respiración directamente sin pensar, como si nunca antes la hubieras notado. Si eres nuevo en esto, intenta sentarte durante 15 minutos y extiende los períodos hasta una hora. Si eres un meditador experimentado, trata de sentarte el mayor tiempo posible.
Hay tres archivos de audio de meditación guiada. Estas meditaciones guiadas no deben considerarse como prácticas o técnicas separadas. Cada una simplemente profundiza la observación de la respiración. Una vez que hayas cultivado un mayor grado de concentración y ecuanimidad, pasa a la siguiente meditación guiada y ve cómo te sientes. Es posible que desees utilizar esta meditación guiada por primera vez hasta familiarizarte con la práctica y, finalmente, puedas sentarte en silencio sin instrucción.